Nada más concluir la guerra ruso-japonesa, las librerías comenzaron a vender esta breve novela. En ella se abordaban dos temas especialmente queridos por Soseki: la turbadora y desconcertante experiencia del enamoramiento y la tragedia deshumanizadora del conflicto bélico. El éxito de Soseki como narrador no sólo se debía a la elección de temas que preocupaban a sus contemporáneos, sino también a los recursos técnicos que utilizaba de forma experimental en sus obras. De hecho, nuestro autor mezcla con precisión los elementos típicos del diario íntimo con la descripción costumbrista y la sobriedad del estilo ensayístico con la evocación minimalista de la poesía china y el haiku japonés.