De todas las civilizaciones que existían en el mundo al llegar el año 1000, la de Europa Occidental era la que menos posibilidades tenía de sobrevivir y prosperar. Comparada con los ricos imperios de Bizancio o del Islam, los pequeños reinos europeos a orillas del Atlántico parecían pobres, tímidos y poco desarrollados. Pero la anarquía que envolvió a nuestro continente durante esos años demostró ser no el preludio del fin del mundo, como creyeron muchos cristianos de la época, sino el abono del que surgiría un nuevo orden mundial. Milenio es una sobrecogedora panorámica que abarca los doscientos años clave entre 900 y 1100. Son los años de Canuto, de Guillermo el Conquistador, del papa Gregorio, de los vikingos, de los monasterios y los siervos, de la invención de la caballería y del conflicto entre Iglesia y Estado. Son los años en los que en los extremos de Europa se frena el avance del Islam y en España empieza la Reconquista. Son los años, en suma, en los que se forja la identidad de Europa.