Me encantó el primero de esta serie, Crímenes exquisitos, pero este segundo libro me decepcionó. Es acción por acción. Violencia. Situaciones totalmente increíbles. Demasiados e innecesarios momentos, no ya eróticos, sino claramente pornográficos. En la primera parte hay un abuso de la expresión "ya me comprendes"... que en la segunda parte no aparece. Y, para mi, un enorme error: la inspectora Valentina Negro es una mujer joven, de 32 años. La jueza Rebeca Palacios tiene una hija de 19 años, erasmus en Roma. Pero en la Sección 29 se dice que "son amigas de la infancia".
hace 1 mes