Blanche Barjac tiene un trabajo peculiar. Es limpiadora, pero no una limpiadora cualquiera. Se dedica a limpiar escenas del crimen, lugares donde se ha matado a alguien. Limpia ordenadores, alfombras, perfiles de redes sociales y oculta los cadáveres como si nada hubiera pasado. Sus clientes son personas célebres en el submundo de París, individuos que valoran mucho su eficacia, discreción y capacidad. Pero todo cambia cuando recibe el encargo de un todopoderoso asesino a sueldo al que apodan el Sabueso. Entre las pertenencias de la víctima que tiene que hacer desaparecer, Blanche encuentra un pañuelo, una prenda que la transporta hasta el día en que su madre se suicidó, veinte años atrás. Alguien la vigila y pretende chantajearla, pero Blanche aún debe enfrentarse a un enigma mayor, un secreto que hará tambalear su salud mental. Mirando en su propio pasado aprenderá que, por mucho que se limpie, algunas manchas no pueden borradas. Y que cada uno de nuestros actos tiene siempre consecuencias.