Corre el mes de febrero de 1933 en Berlín. Ante el edificio del Parlamento en llamas, el ministro de Propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels, se dispone a hacer unas declaraciones a la prensa. Unos días antes, Siegfried Sauer, que había huido a Viena junto a Rosa, se encuentra en su casa con el agente doble Karl Julian. Hace dos meses que Sauer no sabe nada de su pareja: ella ha vuelto a Alemania para unirse a la resistencia y tratar de dinamitar el partido nazi desde dentro, pero cuando Julian le enseña una postal que ha recibido con una foto de Múnich y una cita del Cantar de los Nibelungos —«Cava una fosa y siéntate en su interior»—, entiende que se trata de un mensaje para él: Rosa está en peligro. Sauer viajará clandestinamente a Berlín, una ciudad plagada de camisas pardas, clubes nocturnos, fiestas secretas en la que no puede fiarse de nadie y donde se suceden misteriosos asesinatos de mujeres, todas ellas muy parecidas a Rosa.