Mayo de 1968. La juventud toma las calles. Ese mes –que ya ha entrado en la historia de los movimientos sociales– los estudiantes del mundo occidental dijeron «basta» y plantaron cara a los viejos sistemas educativos y al comportamiento político dominante en muchos países. El fin era claro: remover los cimientos de una sociedad cada vez más adormecida y autocomplaciente. Durante aquel famoso mes de mayo, los jóvenes de París, Praga y México convirtieron la utopía en acción. Carlos Fuentes estuvo allí para contarlo.