El caso es que empieza entretenido con un tipo vengador que bien mata a los malos o les hace la vida imposible, pero descarrila hacia la página 70 mas o menos cuando a un mindundi como él le encarga el Gobierno de España, nada menos, matar al principal malo mundial, Putin. A partir aquí todo son desvaríos, idioteces, situaciones absurdas y sin sentido, que a veces la autora pretende hacer graciosas y causa el efecto contrario, de pena, pues si fuera al estilo de Mortadelo y Filemón claro que tendria su gracia. pero no. De las peores novelas que he leído en décadas. No sé ci como la terminé, a pesar de ser corta.
hace 3 meses