Robert Maitland, arquitecto, de treinta y cinco años, descubre después de un accidente en la autopista de Londres, que no puede salir de la isla de transito donde ha caído y que se extiende bajo los tres carriles. Nadie se detiene a recogerlo, y como un nuevo Crusoe, Maitland no cuenta con otros recursos que el contenido del Jaguar y su propia fortaleza. Mientras intenta sobrevivir a esta ordalía física y psicológica, empieza a entender también los motivos ambiguos que lo han llevado a ese paisaje de hierba y cemento, imagen y escenario de su propia alienación.