La última novela de Fogwill -probablemente la que estaba corrigiendo antes de su muerte- esLa introducción, una suerte de preámbulo para un epílogo. En ella se presenta a un narrador en una etapa avanzada de su vida, que visita dos veces por semana las Termas de Flores, un espacio de descanso suburbano donde practica diferentes actividades.
Nada en una piscina climatizada, hace gimnasia con un grupo de mujeres, toma algo en el bar, camina por el campo de golf. Pero el ejercicio y el esparcimiento no son solo un pasatiempo, sino que sirven sobre todo de excusa para reflexionar sobre la vida y para introducirnos, a través de la escritura, en la conciencia del otro, la del lector.