Los colegiales madrileños estudian el río Jarama y el cocido, pero desconocen el curso completo del Tajo. Los colegiales catalanes están convencidos de que Cataluña era independiente hasta Felipe V, pero no saben nada de la batalla del Bruch. A los vascos se les enseña que Simón Bolívar era paisano suyo pero se les ocultan los miles de vascos que participaron, como súbditos de los reyes españoles, en la conquista y colonización de las Indias. A los colegiales gallegos se les habla de un personaje inexistente como Breogán y a los andaluces se les inculca que descienden de Abderramán III. Ésta es España, un país en el que la sublevación contra el invasor Napoleón Bonaparte, el monarca más poderoso de la época, ha pasado a ser una fiesta local y en el que se conmemoran derrotas, como la de los comuneros en Villalar, el bombardeo de Guernica y la conquista de Barcelona por las tropas borbónicas.