La decadencia de Occidente se editó por primera vez en España en 1923 en una colección que se quería "Biblioteca de Ideas del siglo XX". ¿No es genial el proyecto de publicar ideas "al tiempo" que se producen? Oswald Spengler había comenzado a escribir esta obra cuando la Primera Guerra Mundial interrumpió su tarea, y claro, la extendió, en varios sentidos. Ortega firma el prólogo de la edición española y escribe, casi de paso hacia otra reflexión: "... la guerra mundial, que no ha sido tan mundial como se dice..."; con ello se hace eco del punto de vista/palanca que el autor propone como explicación de su trabajo: Occidente no lo es todo y, además, se acaba. Y lo demuestra. Se hace difícil transmitir en estas pocas líneas la abundante información y datos que contiene la obra y el fondo vital que los sustenta. Spengler baraja números, música, catedrales e hipótesis científicas con lo mágico, el sino y las eternas preguntas sin respuesta del hombre; sitúa su luz sobre los hechos en ángulos distintos de los acostumbrados y alumbra diferentes aspectos de las mismas cosas. Para él la historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Quizá la lectura ayude a responder alguna de las cuestiones que Ortega plantea en su texto: ¿De qué modo puede sucumbir una cultura que no sea por propia detención...?