INSTRUCCIONES PARA UN FUNERAL

INSTRUCCIONES PARA UN FUNERAL MEANS, DAVID

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Nota media 8 Muy bueno 1 voto 1 críticas

Resumen

Con Instrucciones para un funeral, David Means regresa por todo lo alto al género que cimentó su prestigio literario: el relato. En esta prodigiosa colección de cuentos –unas narraciones intrincadas, fascinantes, profundamente poéticas y emotivas que confirman a su autor como uno de los grandes escritores norteamericanos contemporáneos–, Means reflexiona sobre el adulterio, la paternidad, las amistades traicionadas, el odio de clase, la adicción, la soledad y el desamparo en todas sus esquivas mutaciones, y lo hace con hondura y originalidad, con ingenio y sabiduría, con una mezcla marca de la casa de concisión y hechizo, de elegía, existencialismo y perfeccionismo formal. Los personajes de Means afrontan distintos tipos de pérdida, ya sea el trabajo, su pareja o la razón; son seres a la deriva, sin asideros, cuyas vidas se han visto marcadas por la violencia o el infortunio, y para quienes el mundo se ha vuelto un lugar inseguro, hostil, desdibujado. No importa el grado o la naturaleza del sufrimiento de dichos personajes: Means –y con él, el lector– parece confiar plenamente en el poder redentor de las historias. Comparado por la crítica con Denis Johnson, Alice Munro, John Cheever, Tobias Wolff o Raymond Carver, David Means es uno de los grandes maestros de la narrativa breve e indudablemente una lectura imprescindible.

1 Críticas de los lectores

8

INSTRUCCIONES PARA UN FUNERAL es el primer libro que leo del escritor norteamericano especializado en relatos, DAVID MEANS En este libro, narrado en primera persona por sus variopintos protagonistas, el autor reflexiona sobre el desamparo, por medio de unos personajes complejos, en su mayoría perdedores, cuyas vidas se han visto marcadas por traiciones, soledad e infortunio, lo que no quita para que, con un estilo preciso, el autor nos ofrezca una lectura emotiva, llena de ingenio y delicadeza, que seduce al lector. Personalmente, tengo que destacar el segundo relato, que a mí me inquietó y me tuvo en vilo de tal forma que cuando lo terminé no quise seguir leyendo, pues tenía que reflexionar y asimilar la perturbación que me había producido. Por otra parte, no me pasó desapercibido que en casi todas las narraciones hay un protagonista silencioso pero omnipresente, que es el río. El río que siempre está cerca, tranquilo, embravecido, brillante, oscuro, soleado, refrescante, cálido, frío, helado, congelado, profundo, pedregoso, manso, peligroso, silente, cantarín, caudaloso, arenoso, serpenteante, azul, verde, negro, gris, transparente… Ese río en segundo plano, al que David Means homenajea en este libro con su inteligente prosa.

hace 4 años