Dado a conocer fuera de Japón fundamentalmente por su obra Rashomon, popularizada por la película homónima (1950) de Akira Kurosawa, Ryunosuke Akutagawa (1892-1927) tuvo una existencia atormentada y marcada, en especial en sus últimos años, por el miedo a la locura, conflicto interior al que dio fin mediante el suicidio. Vida de un idiota y otras confesiones reúne algunas de sus mejores obras, como la que da título al volumen, «Engranajes» o «Las mandarinas», entre otras, y ofrece a la vez, una puerta de entrada y una panorámica insuperables de la vida y la obra de uno de los pioneros, junto con Natsume Soseki, de la literatura japonesa moderna.