Analizo estas tres novelas breves tras la lectura que de ellas he realizado en la edición de "Cuentos Completos" que veintisieteletras ha realizado sobre este autor, y que analizaré en otra crítica cuando la concluya.
Walsh sitúa al lector, dividiéndolo en 2 grupos, los activos que tratan de hallar la solución antes que la dé el autor, y los pasivos que se conforman con seguir el relato, y Walsh se posiciona en favor del enigma frente a la acción, y para los que como yo, nos sentimos más cercanos a la novela negra americana o a la nórdica, y nos gusta la acción y el drama, aquí nos cuesta acomodarnos.
Walsh toma otro camino, plantea unos hechos, y mediante un frío análisis, Daniel Hernández los resuelve con la lógica y sin necesidad de lanzarse a ese fango en los que a algunos nos gusta ver al protagonista.
Dicho esto, y marcadas las distancias, he de decir que su lectura resulta ágil, y su dominio del lenguaje, precisión en las descripciones, elegancia estética, e ingenio resolutivo, son motivos suficientes para su lectura, y que sirve a Walsh de vehículo para indagar en las relaciones humanas, que el propio autor define como "dos circunferencias que se cortan dejando una pequeña zona de intereses comunes, pero lo demás permanece ignorado", que es lo que le pasa a los asesinos de sus tres historias, en cuyo reducto ignorado penetra para desenmascararles.