El narrador es un argentino que deja su trabajo de organizador de eventos en Buenos Aires por otro como guía de turismo en Praga, destino que desconoce tanto como el idioma. El día de su arribo, luego de ir en la dirección equivocada y perderse, tiene la sensación de haber llegado a una ciudad impredecible. Praga va apareciendo en el relato desde distintos ángulos y zonas, y cualquier lugar es bueno para convertirlo en objeto turístico: homeless, prostitutas, una iglesia, el campo de concentración de Teresin o el terrorismo islámico.