En el libro nos cuenta anédoctas que le han ocurrido tanto en Barcelona, como en distintas ciudades del mundo donde han viajado siempre con sus dos hijos. Unas con sentido del humor, otras las lees con indignación, como lo que les ocurre en un restarurante en Génova, o su pelea diaria con los coches que ocupan el lugar del vehículo que recoge a Llullu por las mañanas. Ves el peregrinaje de unos padres a cualquier médico que pueda contarles qué le ocurre realmente a su hijo y cómo se puede curar. Ves a unos padres que después de tanta visita al hospital se sienten felices cuando su hija tiene un grave problema de oído porque saben que a pesar de la gravedad, eso tiene solución, algo que nunca encuentran para su hijo.
hace 14 años