Creo que me voy a "meter en un jardín" porque se trata de una novela bastante icónica, pero como dicen "sobre gustos no hay nada escrito" así que allá voy. Los detectives salvajes, es una novela de estructura y narrativa complejas, que reúne muchas pequeñas historias, aventuras, viajes, amor y desamor, sexo, poesía, precariedad, intriga, crímen, locura... pero, sobre todo, retrata, como indica el propio Bolaño, las ilusiones frustradas y la derrota de toda una generación. Empecé a leerla con interés, aunque me abrumaba la cantidad de nombres de poetas, o pseudopoetas, que había en México en la época, pero la trama me resultó entretenida, hasta que llegué al final de la primera parte, que me dejó un tanto perpleja, porque no tiene ninguna continuidad en la segunda (la más extensa) en la que 52 personajes distintos, con nombres y apellidos y en diferentes localizaciones y espacios temporales, narran 96 fragmentos de historias sin terminar, lo que se me hizo tedioso y reiterativo, al punto de querer abandonar el libro, pero me forcé a seguir leyendo hasta llegar, a trancas y barrancas, a la tercera y última parte, que aunque es bastante aclaratoria, me resultó un tanto decepcionante y sobre todo pesada por la cantidad de vueltas y revueltas e idas y venidas en coche de los protagonistas, por carreteras, caminos, enclaves, ciudades, barrios y pueblos remotos, lo que me pareció repetitivo y aburrido y la verdad es que estaba deseando que se acabara la novela. No voy a decir que algunas historias y personajes no me dejaron huella, pero en mi opinión, está sobrevalorada.
hace 1 mes