Pablo y Alberto son dos niños españoles del siglo XXI. Su historia tiene de particular que la administración pública asumió su tutela cuando nacieron y les proporcionó una familia en la que crecieron, amaron y se desarrollaron como cualquier otro niño. Hasta aquí, Pablo y Alberto habrían sido niños normales. Pero la administración decidió quitarles la familia que les había dado. ¿Por qué? Solamente porque los niños fueron considerados de propiedad administrativa. Solamente porque a los niños y su familia no se les reconocieron derechos. Solamente porque la entidad pública pudo encontrar alguien que los deseaba. Las vidas de Pablo y Alberto se distanciaron de las de su familia, después de la fuerte resistencia que ésta opuso. Esta primera historia sobre Pablo y Alberto muestra el maltrato que reciben las familias de acogida cuando discrepan de los criterios administrativos, pero peor aún es el maltrato que, silenciosamente, soportan los menores tutelados por las entidades públicas.