La abundante obra poética de Quevedo, una de las más extensas y logradas de la Edad de Oro, se caracteriza desde sus comienzos por su extraordinaria amplitud temática, hasta el punto de ser el poeta de mayor imaginación que conocen las letras españolas, y si a esto unimos su fabuloso dominio de la lengua, desde la más chocarrera a la más culta, obtendremos un resultado sorprendente.