La injusticia la cometió Atenas. Atenas incitó a la rebelión contra Persia y amontonó la leña para los incendios que devoraron ciudad tras ciudad. El ateniense que prendió la llama fue Ameinias de Eleusis. Por eso Atenas también debe arder. Por eso Ameinias debe morir. Siglo V a. C. Artemisia de Caria es una mujer singular. Última de su dinastía, gobierna Halicarnaso y comanda su propio navío de guerra, el Némesis. Su llegada al poder ha sido de todo menos dulce: fuego, terror, mutilación y esclavitud sacudieron su ciudad y su linaje, marcando su destino. Su objetivo no es fácil: redimir el nombre de su familia y alzar al bien sobre el mal, lo justo sobre lo injusto, la verdad sobre la mentira. Deberá encontrar al causante: un marino ateniense que navega en un siniestro trirreme negro, el Tauros. Aunque tenga que enfrentarse a las tormentas, hundir las naves de media Grecia y prender fuego a la propia Atenas. Eso la llevará a recorrer el laberinto de islas y puertos que cruzan el mar Egeo, y a descubrir si tiene la fuerza y la voluntad necesarias para cumplir su misión. Y todo bajo la amenaza de la inminente guerra entre persas y griegos.