Los marcianos han vuelto a invadirnos y en esta ocasión no vienen a destruirnos y conquistarnos, vienen a tocarnos las narices. Sí, estos pequeños hombrecillos verdes disfrutan haciendo rabiar a los humanos, son como los trolls de internet, son tremendamente molestos e irritantes. Como son intangibles no se les puede hacer ningún daño, ni ellos pueden hacerselo a los humanos. Pero tienen el poder de desplazarse con la mente, aparecen y desaparecen a voluntad en cualquier parte. Lo cotillean todo, se acabaron los secretos con los marcianos. Lo fastidian todo; las partidas de póker, los espectáculos en directo, el rodaje de las películas. Imagina que estás tan tranquilo y aparece un marciano gritándote al oido, imagina otro dentro de tu olla de sopa poniendo cara de asco, imagina que estás en tu noche de bodas y aparece un hombrecito verde que quiere verlo todo y que hace comentarios despectivos. En resumen la vida con los marcianos es un infierno y la humanidad tendrá que recurrir a toda su paciencia para no volverse loca y a todo su ingenio para poder librarse de ellos. El argumento me parece genial, el desarrollo de la trama y lo personajes humanos bastante menos. De todas formas esta novela, aunque es de humor, tiene lo que tienen las buenas obras de ciencia ficción, que invitan a reflexionar sobre cosas serias. En este caso me ha hecho pensar sobre lo importantes que son la tranquilidad y la intimidad para la salud mental de las personas. Ay si no las tuvieramos.
hace 8 años