¿Qué hace un escritor cuando no escribe? ¿Qué hace un escritor con resaca, o cuando una mujer espléndida lo invita a un trago durante un cóctel literario, o cuando ve dormir a su hijo, o cuando está solo en un cuarto de hotel? ¿De qué manera el magma formado por un accidente de bus, una película cursi y un premio literario transforman a un poeta desconocido en un escritor a quien reconocen hasta en el mall? ¿Cómo nace y cuán inconmovible es la vocación de alguien que escribe? Cuando Leila Guerriero recibió el encargo de hacer una antología de los textos que Pedro Mairal había publicado en distintos medios de comunicación, fue despiadada. Descartó muchos de ellos sin oír las súplicas del autor, le encargó escribir textos nuevos para ampliar temas que aparecían solo insinuados y le encontró a todo un orden perfecto. Maniobras de evasión es el resultado de ese trabajo conjunto. No es una antología sino una auténtica autobiografía involuntaria en la que el autor, en palabras de Guerriero, «recorre sin anestesia un territorio que a muchos otros estremecería: la trastienda de la escritura, que es como decir la trastienda de la vida. Una radiografía alucinada y elegante del lado B de un escritor, y la aplicación más clara de la escritura como método de supervivencia».