Todas las familias del mundo tienen sus defectos. Menos la mía. Mis padres no tienen defectos. Mis hermanas tampoco. Son todos sencillamente perfectos. Yo no. Me llamo Álex, vivo en la calle Agrimensor nº 5, y en esta evaluación me han suspendido dos. Lengua y matemáticas. Dos cates como dos tomates.