Aunque la novela comienza bien poco a poco se va diluyendo para desinflarse al final. Las emocionantes escenas de la elección del nuevo papa y la presentación de los personajes, con el contexto de la guerra fría como telón de fondo, atrapan al lector. Sin embargo el autor se centra demasiado en cuestiones teológicas profundas que aburren al lector. Las tramas secundarias se desinflan poco a poco para quedar en nada y el final es anodino. Con todo no dudo de la capacidad literaria de su autor.
hace 5 años