El protagonista, Kosmas, recaudador de contribuciones, vive una realidad histórica entreverada de prodigios: recorre la España del tercer concilio de Toledo, descubre la Costa Brava con siglos de anticipación respecto de los turistas, dialoga con san Isidoro, y luego lo encontramos en África, en Jerusalén, en Roma y en Bizancio, siempre en busca de una felicidad que le ha sido arrebatada con malas artes. Pero en el curso de sus viajes suceden los mayores portentos: penetra en una ciudad inexistente, conoce la maravilla de las flores mutantes, lucha con monstruos inconcebibles, convive con unos simpáticos robots y persigue sin cesar a su inexorable enemigo, el diablo Amulfo, un demonio perverso y tartaja que ocasiona todas sus desventuras.