¿Nos hemos dejado atrapar por las aspiraciones megalómanas de las empresas tecnológicas? Un ensayo crítico sobre la situación de dependencia de la tecnología que vive el ser humano.
Desde que se presentó en sociedad, a finales del siglo XVIII, la palabra tecnología se ha venido asociando con el progreso. Aunque nunca exentos de oposición por parte de grupos conservadores o afectados, los productos y servicios “derivados de la ciencia” han entrado con complacencia en los hogares y hasta en la vida privada de sus destinatarios.
La electrónica, la rama más fértil, ha ido generando, desde principios del siglo XX, numerosos medios técnicos para el bienestar y la ayuda al ser humano. Sin embargo, en el último tercio del siglo pasado despertó un modelo algebraico, obra de un olvidado matemático, y el ecosistema comenzó a cambiar. El intruso en la apacible e inofensiva electrónica era el procedimiento digital. Poseedor de capacidades y velocidades jamás sospechadas, deglutió de una dentellada todo lo anterior y estableció su reino. Demostró su poder derrotando, en 1996, al campeón mundial de ajedrez.
La tiranía de la tecnología es una descripción crítica de la situación de dependencia que vive el ser humano desde que el mundo de los bits se adueñó de los desarrollos tecnológicos.
Las redes y todos los equipos conectados a ellas (veintitrés mil millones en 2023) nos han esclavizado, generando una nueva sociedad. Han cambiado el libro por la consulta fácil y traicionera, el mundo real por el virtual, la conversación por el mensaje, la contemplación por la toma de imágenes prontamente olvidadas. Pero no es todo; somos seres pasivos a las órdenes de la inteligencia artificial, sin la que nada funciona, y bajo la amenaza de los Big Data y de todo tipo de ciberdelincuencia.
¿Nos hemos dormido?, ¿tenemos solución? Si la hay, se encuentra únicamente en nuestras manos porque nadie hará nada por nosotros.