La pequeña Simún ha nacido con un pie tullido, no conoce a sus padres y vive con su abuelo en los confines del desierto, donde crece cuidando cabras. Un día, al fin ve confirmado su presentimiento de ser especial: su poblado de pastores es arrasado por una riada y ella acaba en la portentosa ciudad de Saba, donde descubre que su padre es uno de los príncipes.