Con un estilo muy atractivo, personal, divertido y dinámico, el autor combina un gran dominio del lenguaje con la transcripción de los modismos dominicanos. En algunos momentos se vuelve repetitiva (además, el narrador principal se reserva para sí mismo el personaje más antipático, aunque no siente ningún empacho en caracterizar de forma poco amable a los dominicanos, con sus profundas contradicciones), como en la obsesión de todos los personajes en el sexo (uno de los leit-motiv de la novela). También la historia de la madre del protagonista en los años de la dictadura de Trujillo, aunque interesante a priori, acaba lastrando un poco el ritmo. Muy bien el uso de distintos narradores, aunque están algo descompensados, y el recurso de las notas a pie de página es muy original y una fuente útil para el que no conozca mucho sobre el tema de Trujillo. Un aspecto al mismo tiempo atractivo y negativo son las múltiples referencias al cómic, literatura, películas y series fetiches de los llamados frikis, que para quien no tenga ninguna experiencia sobre este tema puede resultar pesado. Lo peor del libro es que da la sensación de girar sobre sí mismo y que se dilata demasiado en la narración de la vida del protagonista, un personaje en exceso pasivo; y en la ya mencionada sobre su madre. EL personaje más interesante, Lola, queda demasiado arrinconado en la novela.
hace 13 años
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