Muy poca cosa me ha parecido esta novela de Curtis Garland, un prolífico autor de literatura pulp, los llamados bolsilibros ya desaparecidos y que solo recordamos los que tenemos unos añitos. Como autor de este tipo de literatura Juan Gallardo Muñoz, que ese era su verdadero nombre tras el seudónimo anglosajón, estaba entre los mejores y abarcaba todos los géneros desde el terror, que era el que mejor se le daba, hasta el western, policíaco o ciencia ficción. En esta tardía incursión en la literatura más "seria" el autor, sin abandonar el nombre con el que firmó unos 2000 bolsilibros, nos metió de lleno en la España del siglo XVII con una intriga criminal en la que se ven envueltos nada menos que Velázquez y Quevedo. Desgraciadamente la trama no logra enganchar y, pese a sus poco más de 200 páginas, aburre por momentos. Plantea algunas situaciones muy poco creíbles incluido el desenlace final además de cosas que no cuadran con la época (el joven protagonista y su pareja que se comportan como jovenes actuales y no con las limitaciones morales y de apariencia de ese lejano Siglo de Oro). En definitiva una novela fallida que no llega al aprobado y que para mi, que he disfrutado (y lo sigo haciendo) con muchas de sus encantadoras novelas pulp, ha supuesto una gran decepción.