La vida del barrio cambiará ante la llegada de una ciclista acróbata. Se trata de una mujer que “lleva la bicicleta a donde otros lanzan cohetes y con su cámara de fotos capta los por qué de nuestras amarguras”. La ciclista de las soluciones imaginarias retará la rutina del barrio con las figuras que dibuja sobre su bicicleta. La mujer se convierte en un punto de comunicación entre el presente aburrido de los vecinos y el ayer divertido de su infancia. Ella se establecerá en un edificio donde dará refugio a los vecinos que renuncian a la amargura para crear inventos incomprensibles a la racionalidad social. Un día el señor Silva descubrirá el sentido ciclístico de la salvación. Entonces la ciclista se convierte en un peligro para los planes de Laura y el señor Burgos.