Se trata de una alegoría que, cabalgando sobre el mito de Orfeo y las Bacantes, nos habla de la educación sentimental durante el franquismo. Este doble volumen parte del mito Orfeo, pero no del que conoce todo el mundo, el del descenso al infierno, sino que la obra arranca en el regreso del infierno, tras la pérdida de Euridice.