«Y ¿de qué ha servido tanto orgullo?», le pregunta su padrastro a la heroína de esta novela ya en la primera página. Judith Fürste, desposeída mediante argucias legales de su herencia paterna por el hombre que se ha casado con su madre, una mujer acomodaticia y convencional, vive en una situación de dependencia y desamparo en una casa que ya no es su casa. Desea educarse, trabajar, valerse por sí misma, pero el orden familiar no tiene previsto para ella más que el matrimonio. Cuando Johann Banner, el noble más ilustre de la región, pone sus ojos en ella, la joven lo acepta como una tabla de salvación. Pero el matrimonio entre el orgullo de una joven desesperada y el orgullo de un aristócrata celoso de sus privilegios no es precisamente fácil. La propia institución tiene sus normas; y cada contrayente sus prejuicios y su carácter. Adda Ravnkilde escribió Judith Fürste poco antes de quitarse la vida en 1883, a los veintiún años, y en ella parece que condensó una experiencia autobiográfica.