Lo primero que me viene a la cabeza cuando leo las estadísticas que dan en el libro sobre los porcentajes de personas que creen en terapias sin base científica, basadas sólo en la fe, es esa frase de Einstein que dice: “Sólo hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera”.
Me interesa mucho el tema de las pseudoterapias (obviamente siempre que se trate de desacreditarlas y explicarlas como lo que son, engañifas) aunque este libro está bastante más enfocado a lo psicológico que a lo fisiológico. Los capítulos sobre la homeopatía y el efecto placebo me han gustado bastante y los demás, menos. La crítica a las pseudoterapias se hace formulando preguntas pertinentes y sagaces, pero las respuestas, justificaciones y conceptos se repiten capítulo tras capítulo, haciéndolo pesado, repetitivo e innecesariamente largo. Parece que todo se reduce a recomendar terapia cognitivo conductual, que lo que he leído es un publirreportaje de la propia terapia que practican los autores.