Karen Armstrong, la autora de este libro, nos hace ver que Jerusalén no sólo ha sido un símbolo de Dios, sino que también corresponde a una parte profundamente arraigada de la identidad judía, cristiana y musulmana. Luego se dedica a describir la historia física y el significado espiritual de la ciudad desde sus orígenes en el tercer milenio antes de Cristo hasta su violento y políticamente agitado presente. Y, para finalizar, explora las corrientes subyacentes que han desempeñado un papel en el largo y turbulento pasado de Jerusalén y examina su arqueología y su topografía, continuamente cambiante.