En el siglo IX a. de C., en cuatro regiones distintas del mundo civilizado se originaron las tradiciones religiosas y filosóficas que han alimentado nuestro espíritu hasta el día de hoy: confucianismo y taoísmo en China, hinduismo y budismo en la India, monoteísmo en Israel, y racionalismo filosófico en Grecia. Las generaciones posteriores jamás han dejado de beber de esas fuentes primigenias. En La gran transformación, su obra más ambiciosa hasta la fecha, la reconocida historiadora de las religiones, Karen Armstrong traza el apasionante desarrollo de los primeros pasos espirituales del hombre. Fue la Era Axial, pues así se conoce esa fascinante etapa de la humanidad, el momento clave en que los sabios de cada pueblo descubrieron la fe, pero no como dogma o doctrina de manipulación de masas, sino como una reacción visceral contra la brutal violencia de sus respectivas épocas. Las religiones, afirma Armstrong, nacieron como respuesta espiritual al odio, los conflictos y la rabia. Examinando las aportaciones de figuras como Buda, Sócrates, Confucio, Jeremías, Ezequiel o los desconocidos místicos del Upanishad, la autora explora en las raíces de nuestras tradiciones religiosas para comprender las claves del presente que brotan de un pasado espiritual común.