Las generaciones anteriores crecieron en un medio en que la poesía no era algo lejano y ajeno sino formaba parte natural de la vida. Canciones de cuna, adivinanzas, recitaciones, epigramas, lectura en voz alta, pruebas de ingenio estaban en el trasfondo de la vida cotidiana. Los medios electrónicos, que han acercado a millones de formas de arte antes vedadas para la mayoría, han reducido por contraste el público natural de los poetas. Sin embargo, la poesía debe estar de nuevo al alcance de las niñas, los niños y los jóvenes porque es la mejor manera de dominar su lengua materna y, por tanto, adquirir un pensamiento claro y libre.