Inglaterra, 1839. Tres jóvenes damas de buena familia, bellas y arruinadas han fundado la Distinguida Academia de Institutrices. Su primera clienta ha contratado a lady Charlotte Dalrumple, una de las fundadoras, para que enseñe a sus desgarbados nietos las reglas de la buena sociedad. Pero Charlotte no tarda en darse cuenta de que el padre, emigrado de Inglaterra a los quince años para vivir entre los beduinos, también necesita instrucción. El atractivo vizconde Wynter Ruskin ha cedido a los requerimientos de su madre porque alberga sus propios planes: necesita esposa y la joven institutriz cumple los requisitos a la perfección. Y mientras Wynter la introduce en el arte de la seducción, ella enseña al obstinado vizconde unas cuantas cosas sobre las mujeres y su propio corazón, que él jamás habría podido imaginar.