Lo mejor de la novela: las maravillosas descripciones que hace de Tirán y su entorno que lo convierten en un personaje más del libro. Los personajes: conocemos un poco más al inspector Leo Caldas, que se muestra más cercano al lector, alejado del estereotipo de policía frío y calculador. Entrañable el personaje de su padre, que se convierte en el gran apoyo de Leo en los momentos difíciles. Con respecto a lo que menos me ha gustado, el autor se ha dejado algunos flecos sin resolver en el desarrollo de la trama pero, en esta novela, no es tan importante conocer al culpable como el desarrollo de los hechos que se van desencadenando en la investigación.
hace 1 año