Gran segunda parte de “El secreto de la almadraba”, que no es una continuación al uso, ya que el tiempo histórico en que se desarrolla es distinto, en este caso el siglo IV d.C., pero tampoco es una precuela. Una gran historia de romanos, tributo a Posteguillo, pero con el aderezo de fantasía que Sierra nos reveló en su primera novela. La narración transcurre en dos tiempos, ya que el secreto que nos revelaba la primera novela tiene presencia a lo largo de la historia, motivo por el que nos trasladamos a esta época, pero también a la contemporánea. Poco más se puede decir de ella sin desvelar cuestiones relevantes, pero quien haya leído la primera parte sabe que afrontar una segunda se antojaba difícil. Sin embargo, la autora cambia casi por completo de registro para tratar de hacer una segunda parte que sea la excepción al dicho. Y desde mi punto de vista lo consigue: es tan buena o mejor que la primera, aunque dependerá de cómo de cómodos nos sintamos en este contexto temporal y con la sorprendente historia de fondo. La historia principal se basa en los hechos que llevaron al poder a Constantino, que a la postre consiguió volver a reunificar el imperio. Aun siendo una época más tardía, existen menos registros históricos y el bajo imperio resulta una época más oscura que la república y los primeros años del imperio. El cristianismo comienza a tener una fuerte presencia y este emperador lo elevará a la categoría de religión oficial del imperio. Sierra Eslava nos propone una intrahistoria relacionada con los escritos de Eusebio y Licinio que resulta de lo más sorprendente. En resumen, podría puntuarla de la siguiente manera, siempre desde mi punto de vista: Edición del libro: 4/5 Originalidad de la trama: 5/5 Agilidad de la trama: 4/5 Calidad de la narración: 4/5 Calidad de los diálogos: 5/5 Equilibrio narración/diálogos: 5/5 Rigor histórico: 3/5 Desarrollo de los personajes: 5/5 Desarrollo de los escenarios: 4/5 Recomendación personal: 4,5/5 Los aspectos que destacaría son: 1) Edición. Buena, agradable de leer y con una portada cálida y llamativa que hace perfecta alusión al contenido. Un pero: en el ebook las llamadas explicativas no enlazan con el glosario final. 2) Estructura. Narración en dos tiempos que no se intercalan, por lo que permite entrar por completo en la narración sin distracciones, hasta el punto de pensar que se trata de dos libros distintos. Como continuación del anterior está bien incardinada, aun cuando no es una continuación al uso. No obstante es imprescindible haber leído primero “El secreto de la almadraba”. 3) Rigor histórico. Entiendo que no es la pretensión. Evidentemente tiene un esfuerzo de documentación que se aprecia en toda la narración, pero la propuesta va más allá, pretendiendo disfrutar de una ficción muy conseguida. 4) Calidad de la narración. La narración es buena, en otro registro completamente distinto a la anterior novela, que se narraba en gran parte en primera persona y con leguaje de la época. En este caso es una narración en tercera persona omnisciente. Utiliza términos en latín cuando no tienen correspondencia en castellano, por lo que tiene un glosario. 5) Calidad de los diálogos. Según mi opinión, Sierra Eslava va un paso más allá con los diálogos, reforzando el papel y configuración de los personajes. Algunos diálogos son épicos, como el encuentro entre el emperador Majencio y Helena, la madre de Constantino. Además, están impregnados de un pragmatismo que los hace muy reales y creíbles, nada teatralizados. 6) Equilibrio narración-diálogos. Muy equilibrada, la narración demiúrgica complementa perfectamente a los diálogos, trabajando en la construcción de los personajes y la historia. 7) Desarrollo de los personajes. Quizás más trabajados que la primera novela gracias al mencionado despliegue de los diálogos, pero también por configurar un universo narrativo en el que van creciendo. 8) Desarrollo de los escenarios. Una correcta y visual descripción de los escenarios sin caer en vaguedades ni abrumar con florituras. Además, la cercanía y conocimiento previo de los mismos, ya que la mayor parte se desarrolla en la conocida Roma antigua, facilitan esa evocación visual. 9) Originalidad de la trama. Tras los sorprendentes e inesperados giros de “El secreto de la almadraba”, era difícil volver a pillar desprevenido al lector. Sin embargo, la trama vuelve a sorprender, aunque de forma distinta y quizás con menos intensidad. Aun siendo unos hechos históricos conocidos, el original desarrollo de la trama los vuelve novedosos. Las tramas, pues se puede hablar de varias, enganchan, aunque mucho queda en suspenso y otro tanto se descubre de forma velada. Detrás del secreto de la almadraba hay más de lo que parecía. 10) Agilidad de la trama. La trama es algo más lenta como necesario peaje a una mayor definición de los personajes, sin dejar de ser ágil y muy amena. En definitiva, este libro te gustará si te gustan las aventuras ambientadas en momentos históricos y si no eres fanático de la ortodoxia. Está hecho para disfrutar y evadirte, aunque ya en esta segunda parte comienza a vislumbrarse un trasfondo y una intrahistoria nada superficiales. Imprescindible haber leído la primera parte y, aunque cada libro parece tener un final abierto muy sugestivo, desearía al menos otra novela más. Enhorabuena y ánimo.
hace 3 años