El peregrino es el haj Ibrahim al Soukori, muktar del pueblo de Tabah, en la ruta de Jerusalén. Tiene derecho al título de haj porque ha viajado a la Meca, obligación de los creyentes musulmanes que pueden permitírselo. Los vaivenes de la historia, que golpean con fuerza a su pueblo, y su amistad con el judío Gideon lo obligan a emigrar a Jordania. Allí le espera el sino de los desterrados y la tentación de la algarada de quienes han sido desposeídos. Pero su mayor desventura vendrá de su retoño, porque el haj tiene un hijo. A pesar de que Ibrahim cree en la amistad de los dos pueblos y en la posibilidad de la reconciliación, el joven se une a los terroristas que acosan el nuevo Estado de Israel. Con sus actos, convertirá al haj en un paria.