Interesante lectura y recreación de ese mundo fantástico del que Borges era un sabio narrador. Lectura excelente.

No me ha seducido lo esperado. Las expectativas se han visto defraudadas tal vez por la enorme familiaridad que han adquiridos muchos de esos seres imaginarios y fantásticos en nuestra cotidianidad, pasando este hecho desapercibido, alojándose en nuestros pensamientos de un modo casi natural, como si si existencia no fueran extraordinarias. ¿quien no está acostumbrado a tropezarse en cualquier rincón de una ciudad cualquiera, con gnomos, faunos, sátiros y sílfides? Pero gracias a sus páginas he sabido que Eva no fue la primera mujer de Adán, sino que hubo una tal Lilith, y adquiriendo forma de reptil vino a amargar la existencia marital de la pareja como de todos es sabido. Pero si algunos de ellos realmente me ha fascinado ha sido el Squonk que deambula por el mundo dejando tras de si un inagotable rastro de lágrimas.

Me gusta bastante más lo que es la idea de recopilar seres imaginarios que el resultado en sí. Quizá sea porque lo haya leído seguido y, como indica el propio Borges en el prólogo, éste es un libro para ser consultado. El "pero" mayor que le pongo es que dedica el mismo espacio a seres imaginarios absolutamente desconocidos o ajenos a nuestra cultura (o incluso de dudoso interés) que a aquellos seres de los que te gustaría saber bastante más.