He aquí un ramillete de relatos costumbristas, de historias verdaderas que dan cuenta de personajes populares, anécdotas ingeniosas y chispeantes narraciones que se localizan en un pequeño pueblo de Toledo, lindando con tierras extremeñas, pero que bien podían haber ocurrido en cualesquiera de nuestros queridos pueblos dispersos por toda la geografía española.

En su lectura encontrarás evocaciones referentes al tiempo de tus abuelos o de tu niñez. La nota picaresca, la socarronería y el chascarrillo aparecen de forma espontánea y en ningún momento te dejarán indiferente. Algunos de estos cuentos se adentran en la fantasía y describen crímenes horrorosos, envueltos en un halo de misterio. Otros narran acontecimientos que recrean pequeñas hazañas que te trasladarán a un pasado memorable. La prosa corre por todos ellos con agilidad y soltura y, con un vocabulario acorde con el entorno rural, logran que te identifiques con estas historias.

En una encrucijada de calles de Aldeanovita surgió el topónimo aún hoy recordado como el «Corro de las Mentiras», lugar donde se reunían los mozos del pueblo tras una dura jornada de trabajo en el campo. Allí lograban evadirse de la cotidiana realidad entre bulos, ocurrencias y disparates.