El autor, psicólogo y profesor de psicología en la Universidad de Groningen, parte de una idea sencilla, describir once patologías a partir de los científicos que las investigaron y diagnosticaron. Así Alzheimer, Parkinson, Bonner, Asperger… son enfermedades que tomaron su nombre de los investigadores que las descubrieron. Enfermedades mentales y neurológicas, que en su momento, sumían a los pacientes que mostraban su sintomatología, a ser abandonados por sus seres queridos, en muchas ocasiones, incomprendidos en internamientos hospitalarios dónde simplemente no tenían ningún diagnóstico, y que muchas veces causaban temor social y rechazo. Asistimos con detalle, pero con un lenguaje claro, a los procesos, conversaciones, indagaciones e investigaciones que cada uno de estos médicos y científicos, llevaron a cabo para determinar una enfermedad, que independientemente de cómo ellos la llamaran, ha pasado a los manuales médicos con su nombre. En el desarrollo de las historias podemos comprobar también la evolución de la ciencia en el campo del conocimiento de las enfermedades del cerebro, en épocas consideradas como malditas, hasta llegar a un momento histórico que se ven ya como lesiones en un órgano más del cuerpo, que aún poco explorado, va tomando cuerpo como una patología física. A medida que avanza la lectura del libro comprobamos, como detrás de esos nombres tan cotidianos de enfermedades que muchas veces nombramos, existió un pionero en la ciencia médica, que usando los métodos posibles en su época, gastaron muchas horas de su vida en el intento de demostrar, que las enfermedades mentales eran producto de un problema físico. Un libro interesante, redactado con concisión y con un lenguaje cotidiano. Una lectura muy recomendable e interesante. (Núria Garcia)
hace 12 años