Nueva York, (1843-1916). Henry James nació en el seno de una acomodada familia de origen irlandés. Comenzó su producción literaria publicando relatos literarios en revistas norteamericanas. Preocupado siempre por el punto de vista narrativo, sus primeras obras reflejaban el conflicto entre la espontaneidad y la exuberancia de la cultura estadounidense, que James personificaba en las figuras femeninas de sus novelas, y la secular tradición de la cultura británica, por la que sintió siempre una gran afinidad. Exponente de la literatura realista, Henry James adquirió la nacionalidad británica un año antes de su muerte. Edimburgo, (1850-1894). Robert Louis Stevenson, licenciado en derecho y escritor, fue uno de los exponentes más claros de la llamada novela-narración y del romance por excelencia. Su delicado estado de salud le llevó a viajar continuamente buscando climas favorables para sus pulmones enfermos, por lo que sus primeros relatos fueron, básicamente, una descripción de estas travesías. Su popularidad como escritor se fraguó gracias a los emocionantes argumentos de sus novelas fantásticas y de aventuras, en las que siempre aparecían contrapuestos el bien y el mal, a modo de alegoría moral que se servía del misterio y la aventura. Cantor del coraje y la alegría, Stevenson dejó una vasta obra llena de encanto, con títulos inolvidables.