Durante más de cincuenta años, Ramón Pérez de Ayala escribe a su gran amigo, Miguel Rodríguez-Acosta. Son cartas escritas con absoluta intimidad, sin reserva alguna. A la vez, son cartas literarias, de una gran belleza. Por ellas desfilan las troteras y danzaderas madrileñas, las inquietudes del joven escritor, sus empresas literarias y editoriales, el exilio en Francia y Argentina... Cubren toda una vida: de los 24 a los 76 años.En su conjunto, estas cartas forman un testimonio insustituible para entender la personalidad humana y literaria de Pérez de Ayala. Y un documento de gran amenidad e interés sobre la España contemporánea.