Resumen

Año 37 d.C. Cayo César Germánico, conocido como Calígula, se convierte en emperador de Roma. Inteligente y cultivado, aunque acomplejado por su físico, tiene dos grandes pasiones: el teatro y Drusila, la más bella de sus hermanas. Calígula terminará ganándose el odio de todos por su brutalidad y sus extravagancias. Los siniestros juegos a que somete a sus súbditos y a su propia familia son ejemplo de su refinada perversión. La obsesiva ambición de poder lo lleva a creerse un dios, y en su autocomplacencia no se percata de la conspiración que se fragua en torno a él.