De este autor sólo había leído “La nieta del señor Linh” y “Almas grises”, que me encantaron ambos. Este me ha sorprendido ya inicialmente, no es una novela al uso, se divide en más de sesenta capítulos breves, de dos o tres páginas cada uno, ordenados alfabéticamente –desde “Abeto” hasta “Viaje”–, en los que el autor recuerda tiempos pasados, especialmente de su infancia y juventud. Como indica el título, son esos aromas del pasado que marcaron su vida de algún modo, el hilo evocador de momentos vividos, experiencias, sensaciones, seres queridos que ya no están... Olores de todo tipo, agradables, mágicos, incómodos, molestos, pero de todos ellos Claudel es capaz de extraer la belleza de la vida y la importancia de los pequeños detalles.
Reconozco que me costó pasar de los primeros capítulos, me parecía un libro demasiado personal e intimista, pues no deja de ser, en parte, una especie de autobiografía olfativa, pero una vez te acostumbras al estilo es una lectura muy bella. De hecho es curioso como de los recuerdos del autor surgieron algunos propios que tenía profundamente olvidados.
Muy bien escrito y recomendable, con fragmentos muy poéticos y bellos, para leer sin prisa y disfrutar de cada uno de esos aromas que evoca el autor. En mi opinión es uno de esos libros que hay que releer de vez en cuando y que además contiene algunas frases memorables.
hace 6 años
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