La fiesta, como celebración y ceremonia, es el escenario común a las tres etapas de la vida de Moncho, el adolescente, Ramón, el adulto, y Aguilar, el hombre maduro, en el transcurso de quince años de su vida, entre 1965 y 1980. La fiesta es también el lugar donde el ser humano llega con mayor frecuencia a estados límite, donde la risa puede terminar en drama, donde la historia pequeña de toda una generación nace bailando un bolero, vive su etapa de proyectos y utopías, y va fundiéndose, con el desgaste irreversible de las modas, los valores, las ideologías y las pasiones, en un progresivo desmoronamiento.