El consejo hizo llamar a los Lores, los espías infiltrados en el Plante Renegado les habían hecho llegar noticias alarmantes, los inestables estaban formando un ejército, practicaban las transferencias y se adiestraban en las academias. las hacían de momento de materiales poco resistentes, pero de seguir así pronto podrían transferirse en acero, hormigón o materiales incluso más resistentes. El consejo, órgano de gobierno del Imperio Simas sabía que ellos serían el objetivo de su ira, ira alimentada durante años, debido al desprecio mostrado y al dolor infringido, había que acabar con ellos antes de que fuera demasiado tarde, antes de que intentasen destruir el equilibrio que tanto les había costado conseguir. Así se lo transmitieron a los Lores, generales de sus ejércitos y encargados de mantener la paz... Los Lores avisaron a sus tropas, estas formaron filas, transfiriéndose a los materiales de la casa a la que debían obediencia, unos se transfirieron a oro, otros a diamante, otros a.... Los habitantes del Planeta Renegado se prepararon para la lucha no querían seguir siendo tratados como despojos, el consejo los había expulsado por no ser capaces de hacer transferencias al nivel exigido por las Academias, los habían separado de su familia, de sus amigos... todo en nombre de un sistema de gobierno obsoleto, un sistema que en vez de ayudar a los necesitados, a los débiles, los abandonaba a su suerte en un pequeño planeta casi sin recursos para subsistir. En plenas guerras Segmentales, uno de los Lores se sublevó, abandono la batalla, seguido por su ejército de hombres transferidos a oro, no podía luchar contra sus iguales, algunos de ellos habían sido sus amigos, habían compartido juegos, confidencias, la misión de los Lores era salvaguardar el Imperio y a sus habitantes, no acabar con ellos. El Lord cogió a su hijo, todavía un bebe, y huyó con él a otro planeta, un planeta en el que pudiesen pasar desapercibidos, tras meditar a dónde ir, decidió que la Tierra era su mejor opción, al llegar enterró su pasado, se despojo de todo lo que le recordase su vida anterior, y se dedicó a su hijo en cuerpo y alma. Pero el Imperio no perdona, y antes o después el traidor será encontrado y castigado.