Quien haya leído el Pequeño tratado de las grandes virtudes, una de las obras maestras de André Comte-Sponville también publicada por Ediciones Paidós, hallará en este libro breve e intenso una prolongación, aún más espontánea y menos sistemática, del único asunto que de verdad importa a su autor: qué hacer con nuestra vida, cómo hacerla más viva, más feliz, más positiva... En una palabra: mejor. ¿Por qué impromptus? Dice Comte-Sponville: «¿Es esto filosofía? ¿Literatura? No lo sé ni me importa: dejo el asunto a los que todavía se interesan por ello. Montaigne me liberó de esas etiquetas, de esa manía clasificatoria. Liberará a otros. Sin querer imitarlo, he intentado seguirlo, a mi modo, incluso desde lejos, incluso mal. ¿Ensayo? Es la palabra que mejor le convendría, si el ejemplo de Montaigne no fuera tan aplastante y si la palabra no hubiera cambiado un poco de significación con el curso de los siglos. El término impromptus expresa mejor lo que estas palabras tienen de frágil, de provisional, de casi improvisado... Se me objetará que la referencia a Schubert también es aplastante, y se tendrá razón. Pero no soy músico y eso torna más leve la confrontación. El título se justifica, en fin, por cierto clima interior que me hace pensar en Schubert..»